Múnich romántico: cuando la noche seduce en Baviera

Más allá del Oktoberfest, descubrimos la ciudad más distinguida de Alemania

Múnich, la ciudad sofisticada de Alemania.

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Si Múnich fuera una persona habría nacido al atardecer, en esas horas donde el cielo se baña de un dorado intenso y donde se experimenta aquella sensación agradable de que aún quedan muchas horas para que acabe el día. La ciudad se transforma cuando cae el sol, que no es demasiado tarde, y es entonces cuando sus calles se llenan de luz y de bullicio; y uno puede ya pensar que se encuentra ante una de las ciudades más distinguidas de Europa.

¿Qué es más romántico que el anochecer? Caminar por las calles de una ciudad iluminada en otoño y hacerlo al resguardo de un buen abrigo. Buscar el calor y la intimidad en una coqueta cafetería. Así es Múnich, la ciudad sobre el río Isar sabe que el placer está en las pequeñas cosas y en los planes de aparente sencillez como tomar un buen café, sentarse a leer en un bar o pasear por uno de sus parques infinitos.

La principal ciudad de la República de Baviera, en Alemania , tiene muchos secretos y a pesar de que pueda parecer una ciudad señorial, es perfecta para vivirla si eres joven (es decir, a partir de los 30 años) y, sobre todo, si te gusta la vida nocturna.

El río isar es el que atraviesa la ciudad de Múnich.

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UNA VELADA EN EL HOTEL KEMPINSKI

Múnich es, según varios estudios , una de las ciudades con mayor calidad de vida de Alemania. Lo cierto es que es fácil percatarse de ello con tan solo poner un pie en la ciudad. La calidad de su economía es muy buena y el lujo, su aliado perfecto.

Los primeros pasos de este viaje nos llevan hasta Maximilianstraße o Calle de Maximiliano, una de las cuatro avenidas principales de Múnich. Aquí posiblemente estén concentradas todas las tiendas de gran lujo de la ciudad y uno de sus hoteles míticos, el Vier Jahreszeiten Kempinski .

Desde 1858 este hotel de aspecto clásico ha albergado a grandes personalidades como Lady Di, Angela Merkel, Usain Bolt o el mismísimo Dalai Lama. Posiblemente porque sus habitaciones y suites son una delicia para el descanso y la desconexión absoluta.

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La cosa va ‘in crescendo’ con su cocktail bar con barra americana a ras de suelo y sus dos restaurantes. Su mayor atractivo sea la cocina bávara a cargo del chef Anton Pozeg en el restaurante del hotel. Por cierto, cuidado con sus vinos, son realmente adictivos; y no dejes pasar la oportunidad de madrugar para desayunar. Tienen hasta un panal de abejas propio, quesos deliciosos, huevos poché y exquisitos croissants.

Igual de excelente es la cocina en Schwarzreiter Tagesbar, su versión más desenfadada y nocturna. Definitivamente, su salmón no tiene nada que envidiar al japonés.

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PASEO AL ATARDECER POR EL JARDÍN INGLÉS

El frío de Múnich, unos 4º grados a las seis de la tarde, nos conduce sin demasiada molestia hasta el Englischer Garten, en el nordeste de la ciudad. Este inmenso parque (400 hectáreas) es incluso más extenso que el de Central Park y el de Hyde Park. Por él atraviesa Eisbach, un arroyo helado donde podrás ver como los locos de surf bailan sobre olas artificiales.

El Jardín Inglés es un contraste de color con sus caminos verdes, las hojas secas del otoño, sus majestuosos árboles y su colina coronada por un templo griego de 1836. Deja que tus pies te guíen hasta la pagoda china de 35 metros de altura y a la casa de té japonés. En el mismo parque se encuentra algo escondido el ** Goldene Bar **, un lugar moderno en el que acompaña cualquier cosa: una buena cerveza alemana, una tarta artesana o una cena más sofisticada.

El Jardín Inglés en Múnich.

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BRINDAR Y COMER POR PLACER

El casco antiguo es el lugar perfecto para aterrizar en las últimas horas del día si has hecho una buena caminata. En el barrio más céntrico, Altstadt, encontrarás una gran oferta de bares y cafeterías que te dicen: ¡Entra!

Es el momento de brindar con una de sus bebidas clásicas, la cerveza. La más conocida es la Helles, de baja fermentación, pero la variedad es infinita, al igual que su cantidad. Puedes acompañarla, si aprieta el hambre con las Weißwurst, las salchichas blancas cocidas.

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Si por el contrario quieres dejar los tópicos de lado, te recomendamos Bayrische Tapas , un bar donde conocer las tapas bávaras más sorprendentes. Asequible y juvenil, el Servus Heidi es un lugar perfecto para cenar (recuerda que puedes hacerlo a partir de las seis de la tarde) ; y Grapes Weinbar dedicado a amantes del vino.

Múnich anochece y sus bares se llenan de gente que quiere pasarlo bien. Schwabing, Glockenbach y Gärtnerplatz pueden ser los barrios que estás buscando para disfrutar de la noche bávara. Aunque algo apartado del centro el hotel y bar, The Flushing Meadows , es uno de esos lugares que invita a hacer excepciones, sobre todo si tienes unas vistas de lujo.

Si has salido de la Ópera y necesitas algo más animado, posiblemente el lugar que necesitas sea Schuhmann's , uno de los mejores locales para tomar unas copas.

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DESAYUNOS CON ENCANTO

El estilo de esta ciudad es indiscutible, cada uno de sus rincones está cuidado al más mínimo detalle. Prepara tus bolsillos si quieres gastar porque a cada paso que des te encontrarás un comercio irresistible.

Múnich es un poco perezosa, por lo que no te asustes si a primera hora no ves mucho bullicio en la ciudad. Es el momento de desayunar y el Aroma Cafe Bar puede ofrecerte un buen almuerzo típico con un gustoso café con el que empezar el día.

El arte es nuestro mejor compañero de viaje en Múnich, ¿qué tal si lo conocemos un poco mejor? Sus tres museos más famosos son la Alte Pinakothek **, Neue Pinakothek , la Pinakothek der Modern ** e . También el Deutsches Museum , que como curiosidad está en una isla formada en el río Isar.

Nos alejamos buscando la tranquilidad e intimidad propios del enamoramiento y la majestuosidad de los jardines del Palacio de Nymphenburg , antigua residencia de verano de los reyes de Baviera, nos brinda justo lo que necesitamos.

Palacio de Nymphenburg en Múnich.

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UNA DESPEDIDA DESDE LAS ALTURAS

Este viaje termina en el centro de la ciudad, en su Marienplatz con su imponente ayuntamiento de estilo neogótico. La última parada nos conduce hasta Viktualienmarkt donde tomaremos un tentempié: una deliciosa sopa bávara acompañada de un bretzel. Desde 1982, Müncher Suppenküche hace las mejores sopas Múnich, damos fe de ello.

¿Has visto alguna vez una ciudad desde lo más alto? Este es el mejor momento para hacerlo. Despedimos Múnich subiendo al mirador de la torre de St. Peter (nada más y nada menos que 300 escalones) , ésta es la iglesia parroquial más antigua de la ciudad y su punto de origen, donde todo empieza.

Mirador de la iglesia parroquial de St. Peter, en Múnich.

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