Humus de lombriz

Es un fertilizante orgánico, biorregulador y corrector de suelos, resultado de la acción de la Lombriz roja (Eisenia foetida) en la transformación de residuos orgánicos.

 El estiércol de las lombrices constituye la base material del humus, pero no debemos  denominarlo humus de lombriz hasta que la materia orgánica se estabilice durante el proceso de humificación (al menos 3 meses). Por lo tanto, es un producto estacionado, compuesto por unos gránulos oscuros de materia orgánica,  excretados por las lombrices y convertidos en microscópicos hábitats para la actividad microbiana. Precisamente es este periodo de reposo,  el que permite añadir un elevado porcentaje de ácidos húmicos y fúlvicos y no, los procesos digestivos de la lombriz. Incide positivamente sobre la textura y estructura del suelo, regulando la economía del agua, gases y nutrientes del suelo a la planta. Contiene una gran carga de macronutrientes: nitrógeno, fósforo, potasio, calcio magnesio… y de micronutrientes: zinc, hierro, cobre, manganeso… Aporta materia orgánica (promedio entre 40 y 60%) y una gran cantidad de microorganismos beneficiosos (1 gr. de humus contiene dos billones de microorganismos aproximadamente)  que contribuyen a la protección de las raíces, entre otras propiedades.

 Su pH estable (entre 7 y 7.5) y la equilibrada relación Carbono/Nitrógeno, permite aplicarlo en contacto directo con la raíz o las semillas, de forma que evita el shock del transplante y facilita la germinación. Contiene sustancias fitorreguladoras que aumentan la capacidad inmunológica de las plantas, por lo que ayuda a controlar la aparición de plagas.

Composición:

Humedad 30 a 60%
Ph 6.8 a 7.2
Nitrógeno 1 a 4% (valor frecuente 2.5%)
Fósforo 0.15 a 3.75% (valor frecuente 1.5%)
Potasio 1 a 2.3% (valor frecuente 1.2%)
Calcio 2 a 16% (valor frecuente 2%)
Magnesio 1 a 2.5%
Materia orgánica 40 a 60%
Carbono orgánico 14 a 30%
Ácidos fúlvicos 14 a 30%
Ácidos húmicos 2.8 a 5.8%
Sodio 0.02%
Cobre 0.05%
hierro 0.02%
Manganeso 0.006%
Relación C/N 10 a 11%

Aplicación y Dosificación:

 Se aconseja aplicarlo principalmente en primavera u otoño, como cualquier abono orgánico, y para que la administración sea precisa, es recomendable realizar una analítica del suelo para conocer la disponibilidad de cada nutriente en el mismo.  La aplicación del humus requiere la remoción superficial previa del suelo, y la posterior mezcla y regado del mismo.

Cultivo extensivo          1- 3  toneladas/hectárea en cada ciclo productivo 
Invernaderos  de 1 a 2 Kg/m2  en cada ciclo productivo 
Árboles  de 2 a 5 Kg/planta, dos veces/año 
Arbustos  0,5 a 2 kg/ planta, cada 3 o 6 meses 
Macetas  2 cucharadas/bimensuales hasta 10 – 20 % del volumen/año 
Sustratos 20%

 (administraciones recomendadas por Cacciamani 1999, Ferruzzi 1987 y Schudt  2001)

 Conservación y Almacenaje:

Pese a que es un producto relativamente estable, evoluciona en función del tiempo, por lo que se recomienda utilizarlo lo antes posible  (antes de cuatro años) para evitar pérdidas notables de nitrógeno y potasio, no así de fósforo, más estable que los anteriores. Se aconseja que la permanencia en la bolsa sea mínima, ya que tanto el secado como la falta de aireación impiden mantener la elevada carga bacteriana. En el caso de que deseemos almacenarlo, debemos hacerlo en un lugar oscuro y bajo condiciones óptimas de humedad (40%), alejado de las radiaciones solares y de la lluvia. 

Deja un comentario